Y sí, hay muchas otras válvulas. Y seguro que tú ya usas alguna: — Respiración consciente. — Silencio bien acompañado. — Paseos por la montaña. — Mover el cuerpo sin prisa. Todas ayudan a soltar presión. Y aquí viene algo curioso: ninguna está tan perfeccionada como la válvula que ya viene incorporada en el cuerpo. Millones de años de evolución han afinado un mecanismo natural y simple: el temblor neurogénico. Eso es TRE®: recuperar la válvula que ya está en ti y dejar que el temblor haga su trabajo. Porque necesitas bien poco: un suelo, un rato y tu cuerpo. Y ahora, una pregunta:
¿Qué pasaría si toda la humanidad supiera que temblar… es liberar? Imagina: — Menos pastillas para dormir. — Menos gritos en las casas. — Menos cuerpos cargados de dolor. Y a cambio: — Más calma sin esfuerzo. — Más risas espontáneas. — Más abrazos que sostienen de verdad. Si cada persona conociera su válvula natural, la tensión no tendría que explotar en forma de síntomas. Parece que podría transformarse en alivio… Eso dicen los que tiemblan. |