¿Sabías que ser socorrista no implica saltar al agua a lo loco?Nada a lo 'Vigilantes de la playa', ni de correr a cámara lenta con música épica. En realidad, lo primero que les enseñan es a no tocar al que se está ahogando. Sí, sí, como lo oyes. No lo agarran. No lo abrazan. No lo rescatan en plan héroe de película. Porque si el que se está hundiendo entra en pánico… te arrastra con él. Por eso usan el flotador. Se lo lanzan desde lejos. Le dan espacio.
Y esperan a que la persona colabore con su propio rescate. Esa es la clave: no salvar por la fuerza, sino ayudar a volver. Y eso, precisamente, es lo que hace TRE®. Esa es su esencia más profunda: Se trata de crear las condiciones para que el cuerpo recuerde cómo volver a su ritmo. Cómo soltar. Por eso TRE® es una técnica de autoaplicación.
Pero ojo: no empieza así desde el primer día.
Primero hace falta volver a confiar. Volver a sentir. A veces con ayuda. Alguien que te acompañe a reencontrarte con ese temblor que siempre estuvo ahí, esperando. Y desde ahí… poco a poco, puedes empezar a temblar por tu cuenta. A tu ritmo. Como quien recupera una habilidad natural que el cuerpo no había olvidado del todo.
Y cuanto más lo practicas, más reconoces ese lugar interno al que puedes ir volviendo. No de golpe. Sino paso a paso. Como quien aprende a nadar sin miedo… sabiendo que el agua ya le sostiene.
Muchas personas descubren TRE® en plena tormenta. |